Alianza Rota, Cachu (ArgA)

Nos llega desde el Clan aliado de ArgA una nota de voz de su diario que transcribimos para que los hermanos de Zona Roja lo puedan leer.

Al llegar a medio oriente con nuestros camaradas de ZONA ROJA las primeras directivas de nuestro sargento se hicieron notar rápidamente. Era un ir y venir de compañeros para lograr armarnos con nuestros elementos respectivos que corresponde a cada uno lo más rápido posible.

Ya formado con mi equipo de médico con mis compañeros, inquietos por la complejidad de la misión y de ver a nuestros camaradas en la misma situación, escucho mi nombre pronunciado por mi capitán. En ese momento en que me dirigía hacia el guiándome al frente junto al teniente de nuestros camaradas de Zona Roja pensaba que iba a tener una responsabilidad muchísima mayor. Pues era encomendado a dar apoyo a zona roja como cuerpo de médicos. Frente al teniente de nuestros camaradas, y a la espera del médico de ellos para comenzar el movimiento en ambulancia dentro del convoy designado, veía como se alejaban mis compañeros a sus respectivos vehículos.

En ese momento me di cuenta de que no iba a estar con ellos sino con gente desconocida brindándole apoyo.

Ya en formación en convoy empezamos el movimiento detrás de los vehículos de mis compañeros de ArgA. El viaje se hacía largo y mirando para todos lados rompimos silencio con el camarada médico de Zona Roja. Poco a poco fuimos conociéndonos hasta que tomamos confianza de uno al otro compartiendo vivencias, nos dimos cuenta de que compartimos lo mismo, no dejar a nadie atrás y brindar apoyo a quien lo necesitara en todo momento. Ya en charla que iba y venía detuvimos marcha en conjunto del convoy en alerta de vehículos aéreos rondando la zona, en ese momento decidimos ponernos a cubierto en viviendas anexas a la calle principal de un pueblo.

A lo lejos veía por la ventana mi capitán dando directivas y moviéndose de acá para allá teniendo todo bajo control como es costumbre. A la orden de embarcar otra vez volvimos a la ambulancia ya como conductor. Antes de ponernos en marcha ingresa otro acompañante, un Cabo de Zona Roja que no tenía transporte. Dirigiéndonos por un camino de tierra, escuchamos los primeros disparos. Rápidamente tomamos cobertura detrás de una casa para poner la ambulancia quedándonos yo y el médico de Zona Roja.

Lejos veía como mis compañeros empezaban a ascender una colina que podría verse en lo alto múltiples contactos que no estaban con intención de abandonar esas instalaciones que veía.

La primera llamada de auxilio se hacía notar.

En el momento que agarramos las provisiones necesarias para empezar a movernos fuimos sorprendidos por un tanque enemigo. Sin dudarlo abrió fuego contra la casa que estábamos a cubierto. El ruido de la explosión fue ensordecedor que me dejó inconsciente ya que no recuerdo que paso momentos siguientes. Me desperté al cabo de un tiempo por el agua tibia derramada por el radiador de la ambulancia destruida en gran parte por los escombros de la vivienda. Sentía que estaba en las tinieblas, tapado por piedras y tierra que casi podía respirar.
Poco a poco recobre mi aliento y nada podía oír. Había quedado sordo y me preocupaba cómo iba a continuar así. No me importó. Agarré lo poco de mis provisiones y me adentré al campo de batalla para dar apoyo a quien la necesitara. Emprendí el viaje hacia la colina que se veían ráfagas de los disparos por todos lados, y el blindado de nuestros camaradas tratando de subir con tropas atrás cubriéndose con él.
Cuando me acercaba logre ver lo que no deseaba, un compañero de ArgA herido.

¡MIERDA! lo primero que balbuceé, señas y más señas era la única comunicación que tenía con los demás. Difícil era poder hacerme entender, me colgué del brazo de mi compañero hasta que lo soltaron, rápidamente las heridas iban cubriéndose con vendas, pero lamentablemente fue en vano, tardaron mucho en el traslado hacia la ambulancia deteriorada.

El momento de angustia me hizo reflexionar de que esto iba a ser difícil, que de seguro más compañeros y camaradas iban a estar en esa situación. Lo cubrimos y seguimos adelante. Entre movimientos bruscos llegamos a la colina, un establecimiento veía, camaradas de acá para allá y mis compañeros en la misma situación.
Al llegar vi al compañero médico de Zona Roja, me acerqué y me dio mucha alegría de verlo con vida, con un fuerte apretón de mano fue el agradecimiento y despedida a la vez. A pesar de estar sordo las palabras no hacían falta, nuestro rostro de alegría hizo que nuestra amistad perdurará por siempre.

Los enemigos no iban a dejar que tomaran ese lugar fácilmente, los refuerzos llegaron al instante tanto aéreo como por tierra. Camaradas y compañeros en posición dieron batalla con el resultado positivo. Me uní a las filas de mis compañeros ya que ellos eran los que podían entenderme con señas. Y sin vueltas empezamos a dirigirnos hacia el pueblo principal. Nos dividimos y teníamos que movernos con el teniente de Zona Roja que venía con nosotros que éramos los médicos. Yo sin escuchar, paso a paso, vivienda por vivienda y con muchos recaudos, fuimos despejando el sector. La excelente labor en conjunto terminamos al final juntándonos con los demás que venían de otros sectores.

Ya con la situación bajo control solo veía las caras de todos con sonrisas de alivio por otro día más libre de la tiranía. La fatiga, el cansancio, las fuerzas son los pretextos para que tu compañero no esté a tu lado.

A pesar de mi sordera, ya curada, nunca dejé que eso fuera un pretexto más para no estar con mis compañeros.

VIVA LA PATRIA!!!!

Soldado Cachu – Médico ArgA en la operación Alianza Rota, Isla de Altis, 04 de Mayo de 2018.

Fin de la nota de Audio.